miércoles, febrero 20

Locura y desamor.


Miércoles 20 a las 20 hs.
        
    Miércoles, nostalgia, la lluvia y tu recuerdo. Esto era exactamente lo que esperaba para el día de hoy. Las cosas no marchan bien y en momentos como este pienso… ¿realmente sos feliz?
Ese cansancio que se nota en tu forma de expresarte cuando discutimos… ¿realmente sos feliz?
La forma en la que me mirás cuando actúo tan indiferente… ¿realmente sos feliz?
La manera en la que me tratás cuando te echo en cara todo lo que odio de vos, la decepción que marcan tus palabras… decime, ¿realmente sos feliz?
 Me concentro tanto en mi bienestar, que olvido el tuyo. Sé que no soy perfecta, sé que quizá odies mil cosas de mí, sé que el motivo por el cual no las decís es… nada más, ni nada menos, que mi felicidad. Me odio, me odio tanto al ser tan poco conformista, ¿por qué no puedo simplemente aceptarte como sos? ¿por qué no puedo, al menos, morderme la lengua y tragarme todas mis palabras? ¿esto es la sinceridad? ¿esto es lo que la gente tanto admira de mí? Me importa un carajo mi transparencia si no te puedo hacer feliz. Sé que te quiero conmigo, sé que amo que me quieras con vos, pero… ¿así? Sonreís y soy la mujer más feliz del mundo, discutimos y me transformo en lo más mediocre y depresivo que pisó el planeta tierra. Discusiones las tienen todos, pero yo estoy luchando conmigo misma, con una pendeja inestable que no puede controlar sus emociones. ¿No serías más feliz al lado de alguien que te sonría las 24 horas del día? ¿no serías más feliz al lado de alguien que pueda controlar su sentir? ¿no serías más feliz sin… mí?
No sé si vas a seguir amándome por la mañana, no sé cómo pueda llegar a actuar hoy, no sé qué me pasa, sé que te amo tanto que no entiendo mi forma de actuar. Es tu decisión, mis más sinceras palabras no podrían convencerte de seguir sintiendo lo que te da miedo sentir. Yo no sé nada de la felicidad, ni del rol que cumple una mujer siendo novia, pero te juro que lo intento. Soy una profesional en el desamor y la locura que este trae, tanto que parece que lo busco todo el tiempo, estoy enferma, ¿vas a seguir amándome cuando me transforme en una demente?
Perdón… no quiero cambiar, pero me veo obligada a hacerlo, si tu bienestar depende de mi tristeza, me conformo con ahogarme mientras vos reís.

Que seas muy feliz, te lo desea: tu novia.

¿A quién quiero engañar? No puedo vivir sin vos.

Un par de palabras tuyas dominan mi sentir, escribime “te amo” en un papel, y cada vez que lo lea me hará feliz por el resto de mis días.

 Eternamente tuya, Julietta.

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