miércoles, enero 23

Nada.

Y en estos momentos soy la nada misma, no tengo nada que sentir, no tengo nada que decir, soy nada. Mis ganas de salir de este desierto son menos que mi cantidad de autoestima, soy nada. Mis sentimientos hacia los demás, mis ganas de ver a mis amigos, mi curiosidad por conocer el mundo exterior, mis emociones hacia las situaciones del día a día: son nada, soy nada. Mi apetito y mis ansias por comer se fueron junto al poco bienestar que venía llevando, "demasiado bueno para ser verdad" triste, pero real, y lo real siempre es lo más fuerte, esta tristeza lleva tanta fortaleza encima que si alguno de ustedes pudiera ver más allá de mis ojos... rompería a llorar, "romper a llorar" amo esa expresión, uno no rompe a reír, o a gritar, rompe a llorar, comprime y derrite toda su melancolía en lágrimas y así se descarga. Hoy no tengo ánimos para romper a llorar, ni para reír, hoy no tengo ganas de ser feliz, soy nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario